Cuentos hundidos para escuchar

*Se trata de seis relatos escritos por Guillermo Marambio que a través de los ojos y las aventuras de  un niño en el Diego de Almagro de los ochenta, nos habla de los personajes, penaduras y hechos que allí ocurrieron. 

Por Jessica Acuña y Francisca González.

Guillermo Marambio es músico, profesor, actualmente ejerce en Copiapó pero creció en Diego de Almagro, en el mítico Pueblo Hundido, localidad que abandonó cuando llegó a la adolescencia. Aquel lugar de la infancia ha seguido presente en su vida, como él reconoce y sus amigos y amigas confirman, aparecen una y otra vez en las conversaciones propias de los encuentros sociales. Historias cargadas de humor, y a ratos de la nostalgia de una forma de vida que ya no existe que le permiten mirar con la distancia del tiempo aquellos hechos que le marcaron, distinguiendo la cultura minera y los valores conservadores de una sociedad distinta. Esta mirada fue la que sus amigos le impulsaron a compartir.

Y si bien había comenzado tres años antes a poner en el papel estas historias, cuando llegó la pandemia el encierro propio y el de sus compañeros en la música, con la imposibilidad de hacer su vida habitual que requiere de la presencia de otros y otras, lo hizo volcarse con mayor fuerza hacia esos recuerdos y con el tiempo necesario, nacieron estos seis relatos. 

—Fue como la explosión de una emoción, al ir de nuevo hacia la infancia. Cada vez que yo relataba a los amigos en algunas tertulias como fue mi niñez, muchas de estas historias les parecían increíbles y fantásticas, pero son reales, basadas en gente típica del pueblo, historias que vi o viví y sentí la necesidad de dejar un legado a mis hijas, a mi familia con esta historia escrita. Y así partió todo —cuenta Guillermo.

Unos meses más tarde su proyecto fue ganador del Fondo Nacional de Desarrollo de las Artes, Fondart, en la línea de memoria e identidad regional, pero con una importante modificación: los grabaría para ser escuchados, como audiolibros. Aunque este concepto no es el que Tania Carvallo, quien fue la productora y coordinadora del proyecto, prefiere para definir lo que hicieron:

—Nosotros no le decimos audiolibro, lo llamamos  audiocine porque hacemos dramatización, dirección de arte, sonidos de sala o foley. En este caso todos teníamos distintas funciones. Inicialmente cuando Guillermo escribió no lo hizo para un audiocuento. Entonces tuvo que hacer una adaptación, además de hacer las ilustraciones. Yo estuve a cargo de la producción en compañía de la empresa Flamenco Negro. Buscamos actores y actrices para hacer la dramatización, porque hay que considerar que estos audiocuentos no son solo una lectura, sino que hay dramatizaciones y música, la que se hizo exclusivamente para este proyecto, a cargo de Patricio Varela y de Mauro Lamas, quien además es el productor musical. 

Son seis relatos que en una primera lectura colectiva, duraban demasiado para el formato escogido. Así que Guillermo se puso a editar, cortando frases y eliminando diálogos, descripciones y todo aquello de lo que podía prescindir hasta contar una historia corta, directa, y con algunos diálogos.

Así “El superdotado” (https://youtu.be/eLkaqwacARw?si=SoEBk76c3uph_f82) dura diez minutos, tiene una ilustración que fue animada y como primer capítulo nos introduce en el calor del desierto, y en el pueblo, al que compara con “Pelotillehue” de Condorito por las situaciones “graciosas, increíbles o espantosas”  que allí ocurrían, que alimentaban las conversaciones de sus integrantes, cumpliendo así el refrán de “pueblo chico infierno grande”. También nos presenta a los personajes principales, el narrador y su amigo “Vitoco”, siempre en busca de matar el aburrimiento. La anécdota de esta historia se centra en uno de los personajes del pueblo, el joven discapacitado mental de la zona, en una historia picante y graciosa.

La protectora” (https://youtu.be/rqMJ4ss56es?si=P5644Qkj_QQJ71_H) es una narración de una “aparecida” que protege la animita puesta en su recuerdo ante las demoliciones y construcciones de la escuela en que quedó enclavada, a tal punto que siempre debieron ubicarla en el mismo lugar aunque en principio intentaron reubicarla en la calle. “Medias pantys para hombreshttps://youtu.be/GIhvZymrF0I?si=IZrjKHoy-Xhe0G-v es un homenaje a ese personaje de pueblo que reina desde su almacén, en aquella época sin supermercados ni tiendas y a la sociedad de ese tiempo, donde decir condón era vergonzoso, más aún para dos niños ingresando a la pubertad. “Quiltroshttps://youtu.be/VTnzQQGGE5A?si=kfmWZg5SUYS5WmD4 es quizás la más conmovedora de las historias, la del protagonista que se ve obligado a deshacerse de los numerosos cachorros de su perra. De fondo, nos permite conocer como fue el Río Salado, el mismo que llevaba relaves desde El Salvador hasta la Bahía de Chañaral y que provocó su embancamiento.

—A 300 metros de mi casa pasaba el río, lleno de borras, en los años 80 era plomo, de puro mineral, no un río transparente, sino de desechos tóxicos. Y era nuestro lugar de juegos. Un lugar súper tóxico gracias a Codelco. Salía de El Salvador hasta las playas de Chañaral —recuerda Guillermo— desafortunadamente había muchas prácticas muy crueles con los animales, la búsqueda era eliminarlos de tu casa. Tuve la mala suerte de tener que realizarla contra mi voluntad. Yo no lo entendía y no pude hacerlo. Ese es el mensaje, como un niño vive una realidad en un pueblo minero de la Región de Atacama,  con esas costumbres, de la sociedad en esa época. Por eso esta idea de explicarles a las nuevas generaciones como se vivía entonces en Chile. Tuve que poner los siete perritos en una cajita y echarlos al río. Afortunadamente ese río es como lava, lento, entonces pude meterme y sacarlos. Es algo, como niño, doloroso, traumático, pero muy real. 

La diosahttps://youtu.be/-u-YJPPFCSE?si=rvo3jxyS6JlugQl6 trata sobre una prostituta de singular atractivo que enloquece a los  hombres del pueblo, historia de la que los niños son testigos. En “Sesión fúnebrehttps://youtu.be/gdCxAGG9LDU?si=lvX4wwe9JwLduSN4 los amigos se encuentran con la muerte, participando del velorio de un joven minero que tras una desilusión amorosa se suicida a la usanza de los pirquineros. 

Mauro Lamas de Estudio Pimiento cuenta como fue el proceso: 

—Al estudio siempre llegan las cosas en borrador. Empezamos a trabajar con el equipo primero. Hubo que darles vida porque esto no es como un audiolibro, sino que es como una serie, rayando en lo que es audiocine, hay dramatización de espacio, de ambientes. Fue un proceso entretenido. De a poquito el estudio fue llenándose de cosas, bicicletas, tierra, agua, para poder generar todos los efectos que Guillermo narraba. Al ser una historia entretenida, se veía reflejado en la producción. Patricio Varela trajo la música y la produjimos en el estudio, yo creé la música incidental, la que va como escondidita, que va subrayando las ideas de la narración.

Primero grabaron al actor Francisco Berríos, quien le dio su voz al narrador y sobre ella construyeron los sonidos que permitían la dramatización. Ahora este trabajo está en YouTube, Spotify y cerca de 40 sitios especializados en la distribución de podcast y audiolibros. 

—Creo que “Cuentos hundidos” aún no está terminado. Porque hay varias historias más que quiero escribir, pero por cosas laborales no he podido. En ese momento tenía el tiempo y la necesidad de escribir. A lo mejor hoy día no me siento tan necesitado de hacerlo, pero hay muchas historias esperando —resume Guillermo sobre lo que cree terminará siendo un libro de bastantes páginas.

El título de cuentos hundidos hace alusión al antiguo nombre que tenía la localidad “Pueblo Hundido”, el que cambió cuando fue declarada comuna a principios de los setenta con el cambio en alusión al conquistador español. Y cuentos, más bien por el formato en que están escritos, pero basados en historias reales.

—Con Guillermo más que una relación profesional tenemos una amistad, yo también soy profesor de música. Fue muy divertido traer esas conversaciones que eran de amigos a los estudios y producirla. A mí me produjo una gran satisfacción y hasta el día de hoy sigo disfrutando al escucharlos —explica Mauro Lamas.

La presentación de la serie fue precisamente en la escuela Aliro Lamas, donde transcurre la historia de “La protectora”, claro que en un edificio totalmente diferente al que estudió Guillermo. Fue un momento gratificante para el autor.

—Fue para mí emocionante y gratificante volver a mi escuela a contar esta historia y las otras historias que también pasaron por ahí. Me contaba el director actual que cuando construyeron de nuevo la escuela, hicieron el mismo proceso, sacaron la animita, porque el plano contemplaba una escalera y otras cosas, por lo que no podía estar ahí. La sacaron y comenzaron a pasar cosas extrañas en las noches mientras estaban construyendo, los serenos ya no se quedaban —recuerda Guillermo sobre algo que no ha cambiado.

Mientras que el Estudio Pimiento de Mauro Lamas junto a Tania Carvallo, continuarán trabajando en audioseries, actualmente tienen dos proyectos, uno sobre Pedro León Gallo, el caudillo de la Revolución Constituyente y otra basada en el terremoto de 1922 en Atacama.

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