Tres artistas se encantaron con este histórico teatro de Chañaral y se dieron la tarea de reproducirlo, buscando de alguna manera su rescate.

Por Jessica Acuña Neira.

Estaban trabajando con Alejandro Moreno en la película “Un espectáculo sin show” -más adelante les contaremos de esta nueva producción- cuando conocieron el Teatro Windsor de Chañaral. Comenzaron a investigar y también a crear y les surgió la necesidad de una maqueta que sirviera para una importante escena, capaz de reproducirlo. Ahí partió la idea de construirla, que rápidamente se transformó en una investigación sobre el teatro, un proyecto Fondart, luego en una obra de teatro, como también en un verdadero dispositivo para la recuperación de este espacio que en Chañaral ha marcado generaciones.

Ellos son Juan Lara, Mario Muñoz y José Noriega. Conforman el colectivo artístico mineral y se acercaron por primera vez al teatro Windsor el año 2019. Juan Lara es diseñador gráfico, Mario estudió actuación y posteriormente se especializó en el mundo de las máscaras y las artes plásticas y visuales. José Noriega estudió cine y se ha dedicado a la dirección de arte y ambientación para el mundo audiovisual. Mario y José fueron compañeros en el Liceo de Tierra Amarilla, estudiaron en Santiago y Valparaíso, respectivamente, sin jamás perder el contacto con su tierra y después de diez años volvieron a vivir en su pueblo natal. A partir en eso de abrirse camino en una ciudad donde la minería manda, sin centros culturales ni teatros y donde la actividad cultural suele ocurrir fuera de su comuna.

Cuando conocieron el teatro Windsor, se impresionaron por su agónico estado combinado con esa aura que aún conserva, tal vez el eco de las divas que lo usaron, la posibilidad de adivinar que fue el centro social de Chañaral y que de sus butacas surgieron amores y desamores. Una búsqueda en internet siempre arroja los mismos datos: que se inauguró en 1879, cuando Chañaral era un puerto minero muy importante para el país -antes que el relave de Codelco embancara la bahía-, con la obra “Dramática y Zarzuela”, a cargo del director nacional Antonio Gaytán, que el Presidente Balmaceda desde allí habló con los vecinos y que durante el siglo XX fue el principal centro de reuniones, exhibiendo obras de teatro, cabaret y luego cine. Siempre fue sede de las actividades de beneficencia y propiedad de la compañía de bomberos, aunque ha habido arriendos y otros contratos de por medio. Hay otros teatros Windsor en España y en nuestro país en Concepción.

En la investigación realizada por estos artistas, registraron los testimonios de la hija del “cojo” -el encargado de proyectar las películas- como también con la hija de la boletera. Otros momentos destacados de la investigación fueron logrados con una reunión con un grupo de chañaralinos y luego con entrevistas a personas relevantes para su historia, además de las fuentes escritas.

Ante el deterioro del lugar, les dieron muchas ganas de conservar algo de esa esencia. Ojalá ayudar a que se conserve, aunque saben que está en un avanzado estado de deterioro.

LA MAQUETA

Partieron visitando, fotografiando y midiendo las diversas partes del teatro. La idea de la maqueta era reproducirlo en su estado actual y no como fue en sus mejores años. Por eso se fijaron en las tonalidades de la pintura, en las grietas, el óxido y los detalles. Se demoraron varios meses en hacer los planos, construir y luego un proceso que Mario define como de maquillaje, para hacer que los materiales reproduzcan la impronta del paso del tiempo. Por ejemplo, buscaron latas en los basurales para construir las calaminas.

Como nació la idea de una obra de teatro, la maqueta debía cumplir con ser un set, como ocurrió también con la filmación de la película de Alejandro Moreno. La obra fue una mezcla entre performance e instalación, con proyección de las entrevistas realizadas en la investigación y la actuación de la misma actriz de la película. Se presentó a la comunidad en el frontis del teatro, debido al peligro que hoy conlleva el ingreso al lugar ante la posibilidad de un derrumbe.

El estreno de “La opuesta en escena” fue el 11 de mayo del 2022, en el día del teatro y tuvo la categoría de celebración oficial de la región, autoridades incluidas y que, por cierto, también dirigió Alejandro Moreno. La actriz representó a una diva que se viene a despedir de su hijo moribundo, que es el teatro. Al final de todo, invitaron a cada persona que se acercara a la puerta y le diera un último aplauso. La actividad para ellos fue mágica. Se encontraron con jóvenes que nunca lo habían conocido, como también con aquellas personas que recordaron sus experiencias allí. Escucharon muchas anécdotas.

—Se creó una magia, porque había gente joven que no lo conocía, que nunca lo había visto, en ese momento lo vio en la maqueta, al llevarlo al teatro real mucha gente decía se abrió el portal. Había gente que vivió su época de oro en el teatro, que miraba la maqueta y decía yo por ahí corría y tiraba cosas desde el segundo piso para abajo, fue bien emotivo —recuerda Mario.

— La actriz decía ‘tu pueblo te dejó abandonado, quedaste acá solo’, pensando en esa idea que siempre se dice, que se va a arreglar, vamos a hacer algo. De alguna manera es una autocrítica, no como personas individuales si no como sociedad, ahí están esos espacios, lamentablemente nosotros no tenemos ni el poder adquisitivo ni la puerta ni nada para rescatarlos, pero como sociedad somos responsables de que esto se esté cayendo a pedazos —resume Juan.

Esto, en una ciudad donde la infraestructura para actividades culturales considera un breve listado: el faro del milenio, un anfiteatro al aire libre ubicado en el borde costero y el museo Rodolfo Philippi. En algunas ocasiones se utiliza el auditorio del Liceo Federico Varela también para estos fines.

OTROS TEATROS

La maqueta también ha recorrido el Liceo Jorge Alessandri Rodríguez de Tierra Amarilla, con la esperanza de mostrar a las nuevas generaciones una iniciativa artística, oportunidad en que dialogaron con los jóvenes y también con personal, quienes les sorprendieron con la información de que alguna vez hubo un teatro similar en Tierra Amarilla. Y aunque no han encontrado fotos ni afiches, les generó el deseo de emprender una nueva investigación sobre esta infraestructura cultural. Sobre todo, considerando que hoy no existe un lugar así en esta localidad minera.

También han recorrido el teatro de Inca de Oro, ese de latones perforados que dejan pasar la luz, que aún sigue congregando a la comunidad. Lo usan principalmente como sede de reuniones y actividades sociales organizadas por la junta de vecinos. En el deshabitado Potrerillos, el teatro aún está en pie.

MOVIMIENTOS Y PROMESAS

“Tuve la oportunidad de ir al festival de teatro al que concurren compañías de Arica, La Serena, Copiapó, Coquimbo, lo hacen en un teatro que se llama Windsor que tiene 122 años y en el que según la leyenda estuvo Sarah Bernhardt en su paso hacia Iquique;  esa muestra causa mucho interés y se ve en grupos y personas con proyección, postularon al Fondart, pidieron 1.200.000 para ayudarse y no lo recibieron, todo eso organizado por la compañía Creaciones que me impresionó mucho por su trabajo (…)ese teatro Windsor funciona, está mal tenido y es pobre, pero hermoso, solo se ocupa la platea baja”. Estas palabras son de Andrés Pérez, publicadas un martes 31 de diciembre de 1996 en El Mercurio de Santiago y dan cuenta de un movimiento en el que Mauricio Ceriche jugó un rol clave. Participaron jóvenes que dieron sus primeros pasos en las artes escénicas y el amor al patrimonio. Estuvo allí Héctor Noguera, según recuerda Ceriche, pagando sus propios pasajes y estadía y todo lo hacían con más amor y voluntad que recursos. Obtuvieron la promesa de que el teatro se restauraría, cuando era Intendente Eduardo Morales, pero nunca hubo acuerdo para iniciar las obras.

Alejandro Moreno aparece también el año 2019 junto al Alcalde Raúl Salas, en la actividad “Micrófono abierto”, junto a la apertura del teatro en el día del patrimonio cultural a la comunidad chañaralina. En julio del mismo año, la Ministra Consuelo Valdés visitó el lugar junto a una delegación de autoridades, y en diciembre el entonces director del Servicio Nacional del Patrimonio, Carlos Maillet visitó la zona, donde le presentaron el Teatro Windsor, el Teatro de Barquito y el Paseo Borde Costero como aspirantes a ser reconocidos como patrimonio cultural. Según la publicación de las redes sociales de la Seremi de las Culturas, las artes y el patrimonio existe un plan para su recuperación.

Sin embargo, dos años más tarde las publicaciones en medios de comunicación y la información de quienes estuvieron en la última actividad pública realizada allí, indican que no ha habido noticias que hablen de la recuperación de este patrimonio cultural, antes que las vigas centrales que lo sostienen terminen de ceder y pongan fin así a esta historia de más de dos siglos de arte, comunidad y cultura.

2 comentarios en «La maqueta del teatro Windsor en su agonía»

  1. Una Maravilla , me ha gustado muchísimo , esta juventud viene empujando fuerte , gracias , muchísimas gracias 🙏🙏🙏🥰🥰🥰🥰💯📸🇪🇦

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